lunes, 8 de marzo de 2010

Cual minipimer en tu cerebro -shake things up-

algo se aproxima... mi cumpleaños acecha, tiñendo el horizonte de sensaciones encontradas.
Recapitulemos:
- Anticumpleaños: 2009.
Mi ex me había informado escasos días antes que, si bien habíamos cortado hacía mes y medio, él ya estaba de novio, enamorado, monogámico. vida convertida en tragedia. llanto descontrolado. despertarme todos los días pensando "él ya está de novio", "él ya está de novio". tortura, angustia, impotencia. saber que lo único que resta es emprender el duelo, ya definitivo, ya irremediablemente definitivo, sin consuelos tipo muleta: quién sabe, quizás volvamos. quién sabe, quizás algún día podamos volver a estar juntos. o al menos ser amigos. o coger. o reirnos de todo, de nosotros, de lo que nos pasó, hasta que pase. pero no.
  • Ganas de festejar mi cumpleaños = 0
  • Peer pressure = 73786780367859605976597605965
Decidí ni atender el teléfono, hacer que el día pase. Los duelos, desde el primero que experimenté, el de mi abuela, siempre me plantean la misma cuestión: y ahora... qué hago con el tiempo. entendí que era simplemente una cuestión de persistir, de durar. Pero la insistencia de mis amigos me quebró y decidí que, aunque mi resolución era firme, siempre existen hendiduras por las que se filtran posibilidades otras. Ahí, decidí inaugurar mi anticumpleaños. El mismo consistió en una reunión íntima en un bar, y comenzó a las 00:05 hs del día que hacía cinco minutos se había convertido en el siguiente a mi cumpleaños. Mis amigas, agudas y complacientes, entendieron el concepto y me dieron uno de los mejores regalos (sino el mejor) que recibí en mi vida: la fabulosa tríada de libros compuesta por La biografía de Mirtha Legrand, Yo, cumbio, y Corte y confesión - bio de Piazza-. Para una estudiante de letras, el antiregalo ideal!
- Grandma in a comma, i know... its serious!: 2008
Año lleno de novedades tan auspiciosas como enterarme de la bipolaridad de mi padre, sus pedidos desesperados de ayuda, un cross arltiano a la mandíbula que costó recolocar.
Día de cumpleaños: pelea de pareja, resentimientos originados por su pass outear en casa de una ex chonga totalmente del orto, amplificados un 200% por la ausencia de un perdón, un mínimo regret, de algún intento de acercamiento. En medio de la cena, teléfono. Hay una alarmaaaa, sobre el teléfono... late mi corazón. La abuela y su heart attack. No te preocupes, seguí aca tranquila, tragate unos sanguches y atragantate con torta. pasala bien! yeah right
- The encounter of the worlds: 2007
Presentación en sociedad de mi nuevo novio. Angustia moderna por mezclar esferas (Ver Weber o Seinfeld, identificaciones imaginarias con George Constanza). Mundo puanner y mundo sanisidrense = mi esquizofrenia expuesta, variación de registros imposible ante la simultaneidad del contacto, crisis identitaria. paranoias exasperadas y exageradas. todos se llevaron genial.
- Bajo perfil + The return of the living dead: 2006
Madre me había echado de casa: good bye festejo familiar. Por suerte.
Cena con el desmembrado grupet de amigas que quedaban en Bs As. Lindo. Tranquilo.
Llamados de un ex que había erradicado de mi vida hacía un año, con pedido de juntada, cabeza gacha: te quiero, por favor volvamos a vernos - como amigos-. Mail de otro cuasi ex, kitsch e-card incluida. Llamado de mi madre, actuación almodovariana, el melodrama de la distancia con su cría.
- It´s my party and I cry if I want to: 2005
Crepúsculo de la relación con mi primer novio. Se olvidó de venir al festejo que había planeado para nosotros dos solos. Escenas dramaticas de reconciliación. Angustia agobiante. Fiesta a la que no quería ir. Apenas una ingesta pobre de alcohol y el irremediable, incansable, llanto.
(...)
Amnesia. Infancia traumática. Missing scenes. Adolescencia traumática. Deleted past.
Poutpourri de recuerdos:
papá avisándome por teléfono, ya en el medio de la fiesta, que no venía a mi festejo de 15.
escenas de violencia familiar variadas.
(...)
Planeaba huir este año. Pero no. Voy a hacerle frente, y lo voy a festejar. 25 años. un cuarto de siglo - me cabe el amarillismo, lo sé - Lo amerita. O no. Pero es una excusa para estar alegre, para empezar el año con expectativas, con la posibilidad del cambio interior que estoy necesitando. Ya veremos si me la paso llorando o si, finalmente, tengo un cumpleaños de hecho feliz.

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